A la mayoría de nosotros nos hace gracia conocer personalmente a un actor o famosillo. Sentimos, generalmente, cierta fascinación por estas personas cuya imagen se proyecta a lo grande en una pantalla, aunque sea la pantalla de la tele de casa, y un poco de orgullo cuando hablamos con ellos de tú a tú. Pero cuando es un primer plano de un sobrina de 11 años lo que se ve proyectado en la pantalla de un cine, con atuendo de época, maquillaje y decorado, la fascinación y el orgullo se multiplican por mil, os lo aseguro.
Y por supuesto, es motivo de un post aquí en el CFEPC. Se trata de Laura Mendoza Orench, hija de mi hermana mayor, que participó como actriz en el rodaje de "M, Un tren dalt d'un pont". Este largometraje es un proyecto más de la iniciativa FONAMENTUM, que a lo largo de cinco años ha estado rodando una película anual, mezclando actores profesionales con alumnos de sexto grado y ex-alumnos de l'Escola Parc de la Ciutadella. Con un presupuesto de 1.000 euros (!), realizada por Cristóbal Garrido, y producida por Xavier Biel y María Chamón, la historia nos relata la relación de cuatro amigas a lo largo de sus vidas, desde su niñez durante la Guerra Civil Española (1936), hasta la actualidad, pasando por cuatro épocas diferentes, y alternando actores y actrices de diferentes edades que interpretaban las diferentes etapas de cada personaje.
Unos días después del glamuroso estreno en el Teatro Romea, al cual asistí junto con los padres y hermano de Laura, y todo el equipo artístico y técnico de la peli, más numerosos allegados, tuvo lugar una sesión familiar de Cine Forum en Petit Comité, en el comedor de casa de mi otra hermana, para asistir con calma al pase del filme. Ahí pudimos observar detalles, escuchar anécdotas, y hacer las preguntas típicas del que nunca a asistido a un rodaje como "¿y decían aquello de "luces, cámara, acción"?
Laura nos comentó que sus escenas se rodaron en una masía en Tiana, donde les llevaron con un autocar junto a todo el equipo, y donde pasaron todo el día rodando las escenas de 1936. El vestuario era, pues, acorde con la época, excepto por las bambas de color rosa que Laura llevó, ya que no tenían zapatos de época para ella, así que los planos en los que ella sale son de rodillas para arriba. Nos explicó que había un catering organizado para todo el mundo, y el director no les dejaba comer hasta que no terminasen de filmar cierta escena. Pero empezaron a tener mucha hambre ella y sus amigas, y a base de dar la lata las dejaron ir a atacar el catering. Nos habló también de los ensayos en el gimnasio de su colegio, y a todos nos pareció gracioso ver cómo la directora de la escuela interpretaba el mismo personaje que Laura, varias décadas más tarde.
Personalmente, hubiese vendido mi alma al diablo por hacer algo así cuando era pequeña. Claro que no teníamos la tecnología que tenemos ahora, por lo que no era tan fácil filmar una película sin presupuesto. Sin embargo, aunque cualquiera pueda hacer una peli con una simple cámara hoy en día, cabe destacar el esfuerzo y la buena voluntad de los profesionales que han participado desinteresadamente en Un tren dalt d'un pont, así como en los anteriores proyectos de FONAMENTUM, y brindar así a los chicos y chicas una experiencia de vida para no olvidar.
http://www.fonamentum.com/FONAMENTUM/INICI.html
Cine Forum en Petit Comité
Bienvenidos a este íntimo espacio cinéfilo, destinado a compartir impresiones, opiniones e ideas desatadas después de una sesión de cine en casa o en un espacio doméstico, y en cualquier caso entre personas cercanas. Tanto con ánimo divulgativo de iniciativas cinematográficas particulares, como con la mera intención de compartir y nutrirnos unos de otros, abrimos este lugar virtual para que nos contéis la peli.
lunes, 15 de agosto de 2011
miércoles, 20 de abril de 2011
Persépolis, de Marjane Satrapi
Aunque esta vez no hubo comité realmente, sino que me la ví en mi propia compañía, me pareció tan buena la peli como para merecer un post aquí en el CFEPC.
Nominada al Oscar como mejor película de animación en el 2007, esta cinta nos relata en primera persona, como biografía de la propia autora, y muy fiel al comic con el mismo nombre (aunque no sé bien lo que fue primero, si el huevo o la gallina), la historia de Marjane, que vive en primera línea de fuego, literalmente, la revolución de Irán en los años 70, desde su infancia hasta su madurez.
Me impresionaron los dibujos de este filme, de trazos simples pero precisos y muy expresivos, y sobretodo me conmovió la belleza de la que está impregnada esta historia, en la que el amor familiar y los valores humanos consiguen despuntar de entre los escombros de la guerra y la oscuridad que envuelve la película.
Mi personaje favorito es, sin duda, la abuela, mujer sabia donde las haya, y ejemplo de integridad, compasión y feminidad. Es la protagonista de mi pasaje preferido, cuando explica que recoge cada mañana flores de jazmín para introducirlos en su sujetador y así oler bien todo el día. Marjane describe como momento mágico cuando llega la noche, la abuela se quita el sujetador y jazmines brotan de su pecho. A mi me pareció el momento mágico de la película, y un precioso contraste con el tono del resto de la historia.
En un momento como el que vivimos, en el que vemos desde Europa a nuestros vecinos del norte de África sacudir sus sistemas dictatoriales y militarizados, en pro de una posible democracia, esta película viene a recordarnos cómo viven desde dentro aquellos habitantes que no se adhieren a fundamentalismo alguno (ni de un lado ni del otro), y en qué puede convertirse la mejor intencionada de las revoluciones, cuando falla en lo esencial, en la verdadera revolución, que no es otra que el respeto de la libertad individual sin detrimento de la libertad ajena.
miércoles, 2 de febrero de 2011
La Princesa Prometida, de Rob Reiner
Más que un Petit Comité, esta sesión del Cine Forum pretendía ser un comité de petits, ya que junté a tres de mis retoños sanguíneos para ver una película infantil, pero se acabaron juntando las mamás de los retoños y, hacia el final de la peli, los abuelos. Además, uno de los petits tenía fiebre y prefirió irse a la cama a descubrir el desenlace de la historia, con lo cual acabamos siendo más adultos que niños los que asistimos al clásico de los ochenta "La Princesa Prometida".
La elección de la película no fue fácil. Por una parte, la sección infantil de la biblioteca no tenía un surtido demasiado amplio, pero además, teniendo en cuenta cómo suben las nuevas generaciones, pasé un buen rato intentando adivinar qué les podía gustar, hasta que acepté que no tenía ni remota idea, así que elegí una peli que me gustase a mí. Para mi sorpresa, cuando la presenté ante la pequeña audiencia, fue bastante bien aceptada, sin entusiasmo excesivo, pero al menos no me la tiraron por la cabeza.
Así pues, nos dispusimos a ver a la novia de Forrest Gump (Robin Wrigth) ser cómicamente rescatada de un rey malísimo, por un misterioso enmascarado, ayudado por un gigante y un espadachín español el cual repetía a lo largo de la película aquello de "Hola, mi nombre es Íñigo Montoya, tú mataste a mi padre, prepárate a morir". Todo ello amenizado por maravillosos paisajes, sádicos torturadores, un Billy Cristal hecho milagrero, y decorados y efectos especiales que, comparados con los que vemos hoy en día, nos hicieron reir (angelicos, eran los ochenta).
A nivel de argumento, no había demasiado que discutir: caballero rescata a princesa y el malo pierde. Aunque para mí no es un cuento tan clásico, yo intuyo en este filme un preludio de Shrek. Así que pregunté qué personaje les había gustado más. Creo que Íñigo Montoya se llevó la palma, por valiente e incluso por "español" (!). Para mi sorpresa, nadie votó por la princesa la cual fue, de hecho, tildada de "florero", ya que su participación en la historia se limita a poco más que obsequiarnos con abundantes primeros planos de su bonito rostro. Vamos, que cuando la rata gigante casi se come al príncipe, ella ni siquiera es capaz de darle al bicho con el palo que tenía en la mano. Es lo que tiene, ser princesa. El gigante nos cayó bien por bonachón, incluso hubo quien dijo que parecía tonto pero en el fondo era el más listo, y el que salía siempre con soluciones simples pero efectivas. El príncipe nos pareció guapito e ingenioso. A mí, personalmente me encantó la caracterización y breve actuación del torturador, ya que no me parece fácil expresar sadismo de manera cómica en tan pocas tomas. Después pregunté qué parte de la peli les había gustado más. El ascenso por el acantilado con la cuerda se llevó varios votos, por lo gracioso del efecto, que parecía que subiesen en ascensor. Y todos acabamos aprendiendo y recitando al unísono, a coro con Íñigo, la frase célebre de "Hola, mi nombre es..." Pero para mí, el duelo a ingenio con el malvado sabio es lo mejor.
¿Moraleja? pregunté, y entre las respuestas hubo reflexiones como que la amistad es lo que les ayuda a ganar, que el ingenio les sirve más que la fuerza, y, por supuesto, que el amor verdadero siempre triunfa. Si es que el niño interno sigue creyendo en cuentos de hadas, y malo cuando deje de hacerlo.
domingo, 16 de enero de 2011
"Sicko" de Michael Moore
Más doméstica que nunca, esta nueva sesión del CFEPC va de médicos. No se trata de la versión cinematográfica de House u Hospital Central (¿las hay?) sino del último escupitajo de Michael Moore en la cara de políticos, rockefelers y compañías de seguros yanquis.
Así pues, Trini, Josep y Anna asisitimos, una tarde de sábado, en el comedor de mi infancia (ahora que ya tienen tele plasma), a Sicko, mi regalo de reyes para Josep. Quise compartir esta peli con ellos por varios motivos. Para empezar, Josep sufre una demencia inespecífica, por lo cual es usuario habitual de nuestro sistema de seguridad social. Este setentón se ha interesado, a lo largo de su vida por la actualidad política y, además, es un quejica crónico. Por otro lado, crecí escuchando a Trini decir aquello de que el capitalismo permite lo del sueño americano, y que el comunismo es una dictadura (aunque ya no lo dice tanto). No se lo tengamos en cuenta, nació en pleno franquismo y en la escuela sólo le enseñaron a coser y a rezar.
En su habitual clave de tragicomedia melodramática (criticable si no tuviésemos en cuenta que sus películas pretenden llegar al pueblo llano y crear impacto y opinión), Moore nos pone en el plato esta vez no sólo lo cuestionable del sistema político del país más rico del mundo, que no garantiza sanidad pública a sus ciudadanos, sino las veleidades de las compañías aseguradoras privadas desarrolladas para cubrir, por un "módico" precio, este vacío sanitario en Estados Unidos. Poniendo casos reales como ejemplo, la película nos revela abusos e injusticias de estas compañías contra indivíduos que no sólo pierden, habitualmente, los litigios contra estos montruos corporativos, sino también, a veces, la vida de un ser querido o, como poco, la salud.
También establece una comparativa entre este modelo privatizado de cobertura sanitaria en norteamérica con respecto al sistema sanitario público de países como Canadá (también norteamérica), Francia, Inglaterra o peor aún, ¡Cuba! Impactante, emotivo e indignante, en partes iguales, ver cómo algunos de los bomberos y voluntarios del 11S, reciben en la acorralada islita de Fidel la asistencia sanitaria gratuita que estas personas necesitan como consecuencia de su participación en el rescate después del atentado, y que su país les deniega, a pesar de haberlos coronado como héroes. Yo hasta lloré, en serio.
Y después de la peli, se abre el debate. Trini tiene el hábito de ver la tele haciendo bolillo al mismo tiempo, por lo que no sé qué nivel de atención le ha prestado al filme, y a Josep su condición médica sólo le permite atender a una película o programa entre cabezada y cabezada. Pero creo que los dos se han quedado con el mensaje que intenta transmitir Michael Moore, y yo insisto en que hablemos del tema. Al margen de la obviedad de que el sistema sanitario estadounidense da asco, me interesa saber qué opinan ellos, tras ver esto, de nuestro sistema sanitario. Graciosamente, aseveran que está claro que funciona muy bien, que siempre les atienden rápido y mira, Josep está participando en un estudio médico sobre la demencia en que por la participación del cual le pagan hasta el taxi. Pero yo les he oído quejarse en otras ocasiones. También les pregunto acerca de si existía la seguridad social cuando ellos eran niños, y es curioso el hecho de que no lo tienen muy claro, es como que no estaba muy definido en aquel momento y sus primeros recuerdos nítidos de ir al médico del seguro datan de cuando ya estaban casados. Repasamos un par de anécdotas médicas familiares antiguas, y ambas están asociadas a doctores de pago de la época, que proporcionó algún padrino rico, como cuando a Josep se le infectó una herida en la pierna y tuvieron que rascarle un pedazo de hueso, y lo llevó a cabo un médico amigo de su madre en una habitación de su casa (!). Por una vez en la vida, escuché decir a este hombre: "si es que han mejorado mucho las cosas". Y en cuanto al sueño americano, Trini prefiere concentrarse en su bolillo.
martes, 11 de enero de 2011
Nuevo pase de Impermeable y el Decálogo
En el mismo comedor del cuarto de piso de la Barceloneta, pero esta vez con menos tinglado y tan sólo una pequeña y humilde tele plasma, los cortos madrileños se exhiben ante un reducido y doméstico (aunque no por ello menos selecto) público barcelonés. Carmela, Sonia, Ignasi, Andrea, Pedro y Anna formamos el grupito que asistimos esta noche al pase. Con los estómagos llenos de albóndigas de soja, verduras a la plancha, huevos rellenos, queso, tomate y pan, y achispados a base de cerveza, vino, Asti y cava, nos disponemos a observar, escrutinar, juzgar, disfrutar, y compartir, en cualquier caso, las imágenes de las gacelas.
En esta ocasión, las escenas desatan más risas y exclamaciones de lo que lo hicieron en el "estreno", quizás por la deshinibición que nos otorgan las copillas que estamos tomando. Y al contar esta vez con dos ejemplares del género masculino, la discusión és más bilateral. Personalmente, me moría de ganas de escuchar una opinión masculina respecto al torrente de estrógeno que emanan estos cortos. Y aunque la testosterona está en desventaja cuantitativamente en la reunión, la podemos oler claramente.
Una de las opiniones masculinas que más me llama la atención es la de equiparar el diálogo de estas chicas a una conversación de bar de cualquier grupo de amigos hombres. Nosotras hablando de sentimientos y ellos hablando de tetas (!). Esto nos lleva a discutir acerca de la predisposición biológica a priorizar sexo o sentimientos, según a qué género pertenezcamos. Mencionamos un estudio hecho con ratas que "prueba" que los machos sienten el impulso de inseminar a cuantas más hembras posibles, encuanto a las hembras nos mueve la necesidad de cuidar las crías, por lo que necesitamos un macho permanentemente a nuestro lado. En resumidas cuentas, que estamos todos supeditados al instinto de supervivencia que asegure la procreación y la supervivencia de la especie. Esto, desde mi punto de vista, explicaría muchas cosas pero ¿es que somos como ratas? No tengo nada contra las ratas pero considero que el ser humano es más que biología, que ha sufrido una evolución tanto biológica como social, por no entrar en el tema de lo espiritual. Además, existen otras especies animales que se aparean de por vida, ¿por que no podemos parecernos a ellos? quizás no podamos juzgar a todos los machos ni a todas las hembras por el mismo patrón, ni pensar que la tendencia a la promiscuidad de los hombres sea tan irresistible para todos, así como las necesidades maternales de las mujeres tan urgentes para todas.
No nos resistimos a poner ejemplos de nuestras vidas personales para ilustrar nuestras opiniones, y ahí nos quedamos que si hombres que si mujeres, que si a mí me pasó esto, que si a mí lo otro unas buenas horas, pero al final se acaba el alcohol. Y ello nos recuerda lo tarde que es y que ya llevamos muchos días de cenas y fiestas, y que empezamos a tener una edad y que es hora de irse a casa. Así que levantamos la sesión, y se cierra el telón imaginario hasta la próxima.
En esta ocasión, las escenas desatan más risas y exclamaciones de lo que lo hicieron en el "estreno", quizás por la deshinibición que nos otorgan las copillas que estamos tomando. Y al contar esta vez con dos ejemplares del género masculino, la discusión és más bilateral. Personalmente, me moría de ganas de escuchar una opinión masculina respecto al torrente de estrógeno que emanan estos cortos. Y aunque la testosterona está en desventaja cuantitativamente en la reunión, la podemos oler claramente.
Una de las opiniones masculinas que más me llama la atención es la de equiparar el diálogo de estas chicas a una conversación de bar de cualquier grupo de amigos hombres. Nosotras hablando de sentimientos y ellos hablando de tetas (!). Esto nos lleva a discutir acerca de la predisposición biológica a priorizar sexo o sentimientos, según a qué género pertenezcamos. Mencionamos un estudio hecho con ratas que "prueba" que los machos sienten el impulso de inseminar a cuantas más hembras posibles, encuanto a las hembras nos mueve la necesidad de cuidar las crías, por lo que necesitamos un macho permanentemente a nuestro lado. En resumidas cuentas, que estamos todos supeditados al instinto de supervivencia que asegure la procreación y la supervivencia de la especie. Esto, desde mi punto de vista, explicaría muchas cosas pero ¿es que somos como ratas? No tengo nada contra las ratas pero considero que el ser humano es más que biología, que ha sufrido una evolución tanto biológica como social, por no entrar en el tema de lo espiritual. Además, existen otras especies animales que se aparean de por vida, ¿por que no podemos parecernos a ellos? quizás no podamos juzgar a todos los machos ni a todas las hembras por el mismo patrón, ni pensar que la tendencia a la promiscuidad de los hombres sea tan irresistible para todos, así como las necesidades maternales de las mujeres tan urgentes para todas.
No nos resistimos a poner ejemplos de nuestras vidas personales para ilustrar nuestras opiniones, y ahí nos quedamos que si hombres que si mujeres, que si a mí me pasó esto, que si a mí lo otro unas buenas horas, pero al final se acaba el alcohol. Y ello nos recuerda lo tarde que es y que ya llevamos muchos días de cenas y fiestas, y que empezamos a tener una edad y que es hora de irse a casa. Así que levantamos la sesión, y se cierra el telón imaginario hasta la próxima.
domingo, 2 de enero de 2011
Inauguración: Impermeable y El decálogo del buen buenrollista
30 de Diciembre del 2010, apuramos el año y no queremos despedirlo sin hacer algo memorable una vez más. Así que aprovechando una favorable confabulación astral que nos junta en Barcelona, nos reunimos Montse, Laura, Anabel, Jimena y Anna, en el comedor de un cuarto de piso de la Barceloneta, hábilmente transformado en sala de proyección. Un cuscús vegetariano y unas cervezas amenizan la velada y vamos caldeando el ambiente para el pase. Alrededor de las 11 de la noche, con el portátil conectado al equipo de música y al proyector, este enfocado hacia la pared blanca contra la que normalmente está el sofà al que hoy hemos dado la vuelta, y sin prueba de sonido e imagen previa, nos disponemos a asistir al estreno en Barcelona de dos muy esperados cortos:
"Impermeable" de Sonia de Carlos, y "El decálogo del buen buenrollista" de Montse Santalla. Ambos rodados en Madrid, estos cortos están producidos por "4 metros de gacela", inicativa de Sonia y Montse para llevar a cabo proyectos propios como ajenos. Y tenemos el honor de contar entre nosotras para esta primera sesión de C.F.E.P.C. con una de las gacelas: Montse Santalla.
Con estilos personales propios y distintos, estas dos propuestas plantean un interrogante acerca de las relaciones sentimentales entre hombres y mujeres en nuestra sociedad y en nuestros días, y una crítica en ambas direcciones acerca de ciertas actitudes a la hora de relacionarse con el sexo opuesto.
Tras el pase se abre el debate, el cual da bastante de sí. Hablamos sobretodo del "Decálogo", y siendo todas amigas, o al menos conocidas de Montse, el coloquio adopta unas dimensiones especiales. Se habla desde la simpatía por la autora pero también desde la honestidad de buena amiga. No escatimamos en críticas, como tampoco lo hacemos en elogios. La conversación evoluciona más allà de las situaciones concretas que se plantean en estas películas, y se sumerge en el irresistible pero pantanoso terreno de las experiencias personales del historial amoroso de cada una. Todas hemos tenido algún "buenrollista" en nuestras vidas. Algunas hemos sido "buenrollistas" también. En ocasiones hemos dejado salir a la "feminazi" que llevamos dentro, como hace Estrella, la protagonista del corto. Hay en el grupo incluso quien no se identifica con las aseveraciones de los personajes. Pero en general nos parece una manifestación descarada de una situación que se da a menudo en esta rebaño masivo de solteros y solteras, que constituye hoy en día un alto porcentaje de la sociedad. Y que no entendemos. Porque no nos entendemos, siendo esta otra de las conclusiones a las que se llega en nuestra charla.
Que ¿qué es un "buenrollista" o una "feminazi"? bueno, creo que tendremos que esperar todavía un poco hasta que la peli esté colgada en internet, ya que siendo aún un bebé, está siendo presentada en sociedad, léase festivales y diversas salas de proyección. Pero recomiendo a todo el mundo, hombre o mujer, que tome nota de estos títulos y dentro de unos meses, los busque en red. Valen la pena.
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