
En el mismo comedor del cuarto de piso de la Barceloneta, pero esta vez con menos tinglado y tan sólo una pequeña y humilde tele plasma, los cortos madrileños se exhiben ante un reducido y doméstico (aunque no por ello menos selecto) público barcelonés. Carmela, Sonia, Ignasi, Andrea, Pedro y Anna formamos el grupito que asistimos esta noche al pase. Con los estómagos llenos de albóndigas de soja, verduras a la plancha, huevos rellenos, queso, tomate y pan, y achispados a base de cerveza, vino, Asti y cava, nos disponemos a observar, escrutinar, juzgar, disfrutar, y compartir, en cualquier caso, las imágenes de las gacelas.
En esta ocasión, las escenas desatan más risas y exclamaciones de lo que lo hicieron en el "estreno", quizás por la deshinibición que nos otorgan las copillas que estamos tomando. Y al contar esta vez con dos ejemplares del género masculino, la discusión és más bilateral. Personalmente, me moría de ganas de escuchar una opinión masculina respecto al torrente de estrógeno que emanan estos cortos. Y aunque la testosterona está en desventaja cuantitativamente en la reunión, la podemos oler claramente.
Una de las opiniones masculinas que más me llama la atención es la de equiparar el diálogo de estas chicas a una conversación de bar de cualquier grupo de amigos hombres. Nosotras hablando de sentimientos y ellos hablando de tetas (!). Esto nos lleva a discutir acerca de la predisposición biológica a priorizar sexo o sentimientos, según a qué género pertenezcamos. Mencionamos un estudio hecho con ratas que "prueba" que los machos sienten el impulso de inseminar a cuantas más hembras posibles, encuanto a las hembras nos mueve la necesidad de cuidar las crías, por lo que necesitamos un macho permanentemente a nuestro lado. En resumidas cuentas, que estamos todos supeditados al instinto de supervivencia que asegure la procreación y la supervivencia de la especie. Esto, desde mi punto de vista, explicaría muchas cosas pero ¿es que somos como ratas? No tengo nada contra las ratas pero considero que el ser humano es más que biología, que ha sufrido una evolución tanto biológica como social, por no entrar en el tema de lo espiritual. Además, existen otras especies animales que se aparean de por vida, ¿por que no podemos parecernos a ellos? quizás no podamos juzgar a todos los machos ni a todas las hembras por el mismo patrón, ni pensar que la tendencia a la promiscuidad de los hombres sea tan irresistible para todos, así como las necesidades maternales de las mujeres tan urgentes para todas.
No nos resistimos a poner ejemplos de nuestras vidas personales para ilustrar nuestras opiniones, y ahí nos quedamos que si hombres que si mujeres, que si a mí me pasó esto, que si a mí lo otro unas buenas horas, pero al final se acaba el alcohol. Y ello nos recuerda lo tarde que es y que ya llevamos muchos días de cenas y fiestas, y que empezamos a tener una edad y que es hora de irse a casa. Así que levantamos la sesión, y se cierra el telón imaginario hasta la próxima.
En esta ocasión, las escenas desatan más risas y exclamaciones de lo que lo hicieron en el "estreno", quizás por la deshinibición que nos otorgan las copillas que estamos tomando. Y al contar esta vez con dos ejemplares del género masculino, la discusión és más bilateral. Personalmente, me moría de ganas de escuchar una opinión masculina respecto al torrente de estrógeno que emanan estos cortos. Y aunque la testosterona está en desventaja cuantitativamente en la reunión, la podemos oler claramente.
Una de las opiniones masculinas que más me llama la atención es la de equiparar el diálogo de estas chicas a una conversación de bar de cualquier grupo de amigos hombres. Nosotras hablando de sentimientos y ellos hablando de tetas (!). Esto nos lleva a discutir acerca de la predisposición biológica a priorizar sexo o sentimientos, según a qué género pertenezcamos. Mencionamos un estudio hecho con ratas que "prueba" que los machos sienten el impulso de inseminar a cuantas más hembras posibles, encuanto a las hembras nos mueve la necesidad de cuidar las crías, por lo que necesitamos un macho permanentemente a nuestro lado. En resumidas cuentas, que estamos todos supeditados al instinto de supervivencia que asegure la procreación y la supervivencia de la especie. Esto, desde mi punto de vista, explicaría muchas cosas pero ¿es que somos como ratas? No tengo nada contra las ratas pero considero que el ser humano es más que biología, que ha sufrido una evolución tanto biológica como social, por no entrar en el tema de lo espiritual. Además, existen otras especies animales que se aparean de por vida, ¿por que no podemos parecernos a ellos? quizás no podamos juzgar a todos los machos ni a todas las hembras por el mismo patrón, ni pensar que la tendencia a la promiscuidad de los hombres sea tan irresistible para todos, así como las necesidades maternales de las mujeres tan urgentes para todas.
No nos resistimos a poner ejemplos de nuestras vidas personales para ilustrar nuestras opiniones, y ahí nos quedamos que si hombres que si mujeres, que si a mí me pasó esto, que si a mí lo otro unas buenas horas, pero al final se acaba el alcohol. Y ello nos recuerda lo tarde que es y que ya llevamos muchos días de cenas y fiestas, y que empezamos a tener una edad y que es hora de irse a casa. Así que levantamos la sesión, y se cierra el telón imaginario hasta la próxima.
Una idea divertida de la que disfruté mucho. Una sesión doble, como en el cine de nuestra juventud , de pequeñas píldoras creativas.
ResponderEliminarLas dos están muy bien. Aunque yo me quedo con “Impermeable”. Aun siendo el corto más breve creo que decía mucho más sobre las relaciones y la (in)comunicación entre los dos sexos. De las cosas que nos estamos perdiendo los unos de los otros por no querer, no saber o no atrevernos, expresar lo que realmente sentimos. Algo que a todos nos ha pasado infinidad de veces (¿Qué habría sido de ella (o el) si le hubiera dicho realmente lo que sentía en ese instante?).
En verdad los dos cortos hablan de lo mismo narrado de formas diferentes. El primero formalmente más poético y el segundo “El decálogo del buen buenrollista” de una manera creo más histriónica o exagerada. Eso a mi entender puede llegar a diluir un poco el mensaje si te quedas solo con esa parte superficial. Aunque... ¿No es eso lo que nos narra? Que muchas veces en nuestras relaciones nos quedamos sólo en la superficie y en los tópicos sin llegar a profundizar en lo que realmente somos y sentimos (son y sienten). Será fruto de nuestra sociedad que nos ha llevado a vivir encerrados, como niños burbuja, por miedo a mostrarnos vulnerables ante los demás y que nos hieran, sobretodo en lo que más duele... el corazón.
Y mientras, ahí fuera, el mundo sigue su traslación.
Muy buenos cortos los dos. Hazles llegar mis felicitaciones a sus autoras.
Esto hay que repetirlo más a menudo. Pero la próxima vez, si puede ser, en gran formato... y con palomitas!
ptnts!
¡y van dos! gracias Anna! por volver a compartir nuestro trabajo con tus amigos, y borrachos jeje, en la alquimia gacelística no nos falta la cerveza asi que nos congratula vuestra disposición a embriagaros.
ResponderEliminarTuvo que ser divertido, con testosterona para animar la conversación. La corriente de estrógenos que llevan los trabajos es inevitable pero no creo que sea la dominante, me uno a que no somos marionetas dominadas por impulsos biológicos, de hecho ahí quería llegar con el Decálogo, a preguntarnos desde donde nos relacionamos ahora que los determinantes biológicos entran en conflicto con la realidad social en la que vivimos, donde las mujeres no somos sólo reproductoras y cuidadoras, ni lo hombres inseminadores y cazadores.
Poco más me queda por añadir que no haya dicho ya Ignasi. Muy acertada crítica del "Decálogo", en esta sociedad consumista e individualista que nos lo promete todo y nos enferma de insatisfacción y cobardía, es una buena salida la de ser un buenrollista jeje. Y si Ignasi...yo también me quedo con Impermeable, cortito y cargadito, como debe ser.
Un beso para todos los que estuvieron presentes, y larga vida al petite comité
Pues yo me atrevo a escribir hoy unas lineas después de tanto tiempo porque dentro de poco volveremos a hacer un pase conjunto de "Impermeable" y "El decálogo del buen buenrollista" y quería agradecer a Anna la difusión, y a Ignasi sus palabras, la crítica, el comentario, la reflexión que me parece tan acertada... (gracias Ignasi). Porque si bien hablan de cosas parecidas ("Impermeable" bien podría ser una secuencia de "El decálogo..."), lo abordan de forma diferente... Yo no podría escoger ninguno... Me gusta El decálogo por su sarcasmo y su humor (y porque después de verlo parece que hayas descubierto una clave esencial para las relaciones sociales) y me gusta Impermeable porque es un corto sencillo y sutil. Y sobre todo me gustan los dos porque creo que después de verlos puedes comentar tanto lo que dicen como el cómo lo dicen. (¿Esto último ha sonado a propaganda?) Besos para tod@s!
ResponderEliminarHola Sonia! Me alegro de que te guste el Cine Forum, y me alegro aún más de haber contado con tu corto en el estreno. Creo que nos vamos a ver en breve, no? Bueno, pues nada, que el siguiente pase del Decálogo e Impermeable vaya bien, me encantaría que nos contases las nuevas impresiones aquí en el blog. Ala, besitos!!!
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